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Para entornos sin corales, utiliza una mezcla de sal de alta calidad que reproduce con exactitud el agua del océano. Para un entorno de arrecife con roca viva y corales, puedes usar una mezcla de sal que contenga calcio y oligoelementos adicionales y vitaminas para ayudar a los corales sensibles. Sigue la proporción de sal y agua indicada en el envase y realiza siempre la mezcla en un recipiente aparte. Evita mezclar o añadir la sal directamente a tu acuario.
Es conveniente utilizar una bomba de circulación en el recipiente para que la sal se disuelva rápidamente. Asegúrate de que la temperatura es igual o cercana a la del acuario antes de añadirla. Para un entorno exclusivamente de peces, realiza un cambio de agua del 25% una vez al mes. Para un entorno de arrecife bien provisto de corales duros y blandos, puedes considerar un cambio de agua del 25% cada dos semanas.
Se recomienda un kit de análisis de buena calidad. Los análisis regulares te ayudarán a ajustar los parámetros del agua para evitar cualquier problema.
Para entornos marinos más pequeños (y presupuestos), una buena opción es un filtro de tanque colgante, como el Emperor 400 con una cesta de medios para añadir carbón y eliminador de fosfatos, o un filtro de bote con bandejas para añadir varios tipos de medios.
Ya sea una unidad colgante o en el sumidero, un extractor eliminará el exceso de proteínas (residuos líquidos) del agua antes de que se descomponga y se convierta en amoníaco y es un buen complemento para la filtración regular.
Recomendado para acuarios más grandes, un sumidero es básicamente una gran caja acrílica situada debajo del acuario que contiene un skimmer, un calentador, bombas de retorno, filtros de esponja y medios biológicos.
El movimiento del agua es una parte natural del océano: transporta el alimento a los habitantes y traslada los residuos al filtro. Por ello, además del sistema de filtrado primario, se utiliza un cabezal de potencia (dos o más para tanques más grandes en lados y alturas opuestas) para crear una corriente de agua circular que evite cualquier “punto muerto” y simule las corrientes naturales del océano.
La iluminación adecuada es esencial y puede variar en función del tipo de entorno. Un entorno sólo para peces es el más sencillo, ya que cualquier iluminación hecha para la visión marina y general es válida. Para mantener corales, se requiere un mínimo de 5 vatios por galón.
Ejemplo: Un acuario de arrecife de 50 galones necesitaría al menos 250 vatios de luz. Hay muchos tipos de iluminación; sin embargo, los LED se están convirtiendo rápidamente en la iluminación preferida.
Es la base de tu entorno. Puedes tener un fondo de cristal desnudo, pero la mayoría de los aficionados prefieren un lecho de arena porque muchos peces y animales utilizan la arena para escudriñar, anidar y vivir. Se recomienda una arena viva y fina, generalmente de ½” a 2 pulgadas de profundidad. También puede utilizarse aragonita. No utilices guijarros
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